Ha pasado ya un mes desde que mi sueño de niña se hiciera realidad. Viví muchos momentos e historias inolvidables que me cuesta describir con palabras. Todavía, con lágrimas en mis ojos, recuerdo esos bonitos momentos vividos con mi familia y amigos. Los gestos de mi abuelo Ramuntxo, la alegría de mis padres, la cercanía de mis tíos, la ilusión de mis primos, los numerosos aplausos y gritos, y las bonitas palabras y miradas de la gente… me produce escalofríos sólo pensarlo.

Jueves, 25 de julio, día Santiago; día muy especial en nuestra familia. Mi padre y tío pescadores, y mi abuelo jubilado, así que el 25 de julio en nuestra casa es un día muy bonito y señalado. Este año inmejorable, claro. La alegría se notaba ese día. Mi amiga Leire, fue nombrada Cantinera de la Compañía Pueblo, y todas las amigas alegres porque habíamos sido las primeras Cantineras de la cuadrilla. ¡Sin duda, una nueva y única experiencia!

Vivir todo esto con Leire ha sido increíble, hemos vivido muchos momentos bonitos, ¡y muchas curiosidades! Recuerdo nuestra primera entrevista, o el primer día de fotos de grupo; esos buenos momentos, que no volverán a repetirse, se quedarán en mi memoria para siempre.

8 de septiembre; ha llegado el día. La alarma ha sonado muy temprano, ha abierto los ojos y en casa ya ha empezado la fiesta de gente. Le he hecho un saludo a la amatxo, y he empezado con los preparativos. El olor a café se ha extendido por toda la casa, y ya está aquí mi tía, dispuesta a fotografiarse y ayudar. Llamaron a la puerta. Nerea viene a peinarme. Saluda y empieza a hacer moño.

¡Cuando me he dado cuenta, ya estoy con la boina puesta y listo!

De nuevo ha sonado el timbre. Son mis abuelos, y vienen acompañados por mis tías y primas de Córdoba. Los ojos del aitona traen un brillo especial, está nervioso, pero lleno de alegría. Me ha dado un fuerte abrazo, a ambos se nos caen las lágrimas sin parar. La abuela sonríe. La casa empieza a llenarse de amig@s, sus rostros emocionados lo dicen todo, eso sí, ¡si no dejaron de ambientar el entorno!

Para cuando nos dimos cuenta, ha llegado el momento de vestirnos. Tengo primas dispuestas a ayudarme. Hemos empezado con las botas, pero no hay prisa. Mi aita se acercó a la habitación y nos dijo: “aizaaa, egunon denakeri” (aupa, buenos días a todos). El tiempo a lo suyo, lloviendo sin parar. Vestida ya con falda, guerrera y casaca, dan algunas puntaditas a la banda para que no se mueva.

¡Ya está! ¡Ahora sí que estoy lista! (Buaaaa ¡¡Que pasada!! ¡Impresionante!)

Otra vez llaman a la puerta. Ya están aquí, han venido a buscarme. Abrimos la puerta y en sus ojos se mezcla el nerviosismo y la alegría, ya que para muchos es el primer año en sus respectivos puestos. Tomamos unas fotos, ofrecemos algo para desayunar y nos vamos. Comienzan las primeras conversaciones al bajar las escaleras. Salimos a la calle y ¡¡ala!! Ha empezado a llover. Que nada nos arruine el día de hoy.

Son las siete y cuarto de la mañana, y ya estamos en marcha. Empiezo con los primeros saludos, y recorro la calle San Pedro junto al aplauso de toda la familia. Esos fueron los primeros momentos, las primeras sensaciones, y los primeros pasos del día más bonito del año. Eso sí, nunca se me olvidará los gritos de la gente en la subida a la calle Mayor, la espera en la plaza de Armas con todas las Compañías, la bajada de la plaza de armas, la comida con todos los familiares que vinieron de Córdoba a verme, el desfile por la tarde (esta vez con rayos de sol), y la traca final; Zapatero y la merendola…

Para terminar, agradecimientos. Con todo mi corazón, gracias a todos los que formáis parte de la Compañía Ama Guadalupekoa. Mi más sincera felicitación por todo el trabajo que habéis hecho, gracias por toda la atención prestada, y gracias por todo el apoyo y confianza que he recibido en todo momento.

Será una bonita vivencia que llevaré guardada a mis espaldas, que nunca olvidaré, y que llevaré guardada para siempre en mi corazón.

Un placer vivir todo esto 2024 con todas las Cantineras y con el pueblo de Hondarribia.

Eider Arbelaiz Zubillaga.